Huellas en mi cuerpo y en mi
alma,
arrugas en mi piel,
arrugado y maltrecho el
corazón.
Cicatrices por dentro y por
fuera,
las internas se solapan,
las de la piel cada vez más
visibles,
unas y otras en perfecta
armonía
haciéndome mayor.
Profundas marcas que duelen,
que quisiera borrar.
Las externas me recuerdan
batallas ganadas.
Las del alma, perdidas
contiendas.
Para abrir esas heridas se
utilizaron afilados puñales,
alguna daga, brillantes
cuchillos…
muchos espinos, palabras y
hechos…
Después se bordaron con hilos
de seda,
con amor, besos, cariños,
otras palabras, otras vivencias…
pero de vez en cuando salen a
la luz,
vuelven a doler, te avisan de
que siguen ahí,
que nunca se irán…
sí, se irán conmigo...
palabras cargadas de nostalgia, sin dejar de ser bellas y aún tener el corazón dispuesto a recibir de nuevo la llama del amor,,,besos..
ResponderEliminarCicatrices que quedan en el corazón, como recuerdos de instantes vividos que quedan en la cámara fotográfica del alma.
ResponderEliminarUn beso.
Primero, gracias por dejarme tu enlace en mi blog, y me alegro que te guste...
ResponderEliminarCuando estás de un humor tristón, no sé porqué, vas encontrando por la blogosfera relatos y poesías tristes, yo ahora mismo me siento con todas esas cicatrices...Si por lo menos parara de llover...
Me gusta como has relatado el paso de la vida, pero no me gusta el trasfondo, veo tristeza y resignación. Hay que buscar la alegria, aunque muchas veces nos cueste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Lobo, María, Sastrecillo y Jorge por dar una vuelta por aquí y por vuestras palabras...
ResponderEliminarEstoy teniendo unos días poco buenos en lo relativo a la salud,
y claro, se refleja a la hora de escribir...pero saldrá el sol...lo espero con ganas...
Besos a cada uno de vosotros.